fbpx

Shop

Combo “Un café con Virginia Woolf”

$39,999.00

¿Te tomarías un café con Virginia Woolf? Como no podemos revivirla, te acercamos este combo: dos libros de Virginia Woolf (Cuentos completos, Tres guineas, Las excéntricas, Los artistas y la política o La habitación de Jacob) + taza con retrato y frase + envío gratis

Combiná los libros como quieras y contanos en las notas del pedido al realizar tu compra.

Hasta 12 pagos sin tarjeta con Mercado Pago. Saber más
Compra con Mercado Pago sin tarjeta y paga mes a mes
1
Agrega tu producto al carrito y al momento de pagar, elige “Cuotas sin Tarjeta” o “Meses sin Tarjeta”.
2
Inicia sesión en Mercado Pago.
3
Elige la cantidad de pagos que se adapten mejor a ti ¡y listo!

Crédito sujeto a aprobación.

¿Tienes dudas? Consulta nuestra Ayuda.

Cuentos completos

En Cuentos completos se reúnen relatos y cuentos escritos por Virginia Woolf. Autora también de novelas y con una vasta producción ensayística, la literatura de Virginia Woolf puede observarse pulida y prolija a través de sus cuentos y relatos breves, como en La sociedad: "Así comenzó todo. Éramos un grupo de seis o siete reunidas después del té. Algunas miraban hacia la sombrerera de enfrente, donde las plumas rojas y las pantuflas doradas seguían iluminadas en la vidriera; otras dejaban pasar el tiempo construyendo pequeñas torres de azúcar en el borde de la bandeja del té. Pasado un momento, según lo recuerdo, nos ubicamos alrededor del fuego y comenzamos, como de costumbre, a elogiar a los hombres. Qué fuertes, qué nobles, qué inteligentes, qué valientes, qué bellos eran; y cómo envidiábamos a aquellas que, por las buenas o por las malas, lograban unirse a uno de por vida. Hasta que Poll, que había permanecido en silencio hasta el momento, rompió a llorar. Poll, debo admitirlo, siempre ha sido algo extraña. Para empezar, su padre era un hombre extraño. Le dejó una fortuna en su testamento, pero con la condición de que leyera todos los libros de la biblioteca de Londres. Intentábamos consolarla lo mejor que podíamos, pero en el fondo sabíamos que era inútil."

 

 

Tres guineas

Hacer a un lado todas las preocupaciones y estudios terrenales y delegarlos a otra persona constituye una motivación muy atractiva para algunos; pues indudablemente hay quienes quieren retirarse y estudiar, como demuestran la teología con sus refinamientos y la erudición con sus sutilezas; para otros, es cierto, esa motivación es una motivación pobre, mezquina, el motivo de la separación entre la Iglesia y el pueblo, entre la literatura y el pueblo, entre el marido y la mujer, y que ha desempeñado un papel importante en sacar de quicio a la totalidad de la Commonwealth. Pero cualesquiera sean las motivaciones fuertes e inconscientes que subyacen a la exclusión de las mujeres del sacerdocio -y es evidente que aquí no vamos a enumerarlas, mucho menos escarbar hasta sus raíces-, la hija del hombre instruido puede confirmar, a partir de su experiencia, que “es común, e incluso frecuente, que dichas concepciones sobrevivan en el adulto a pesar de la irracionalidad que las caracteriza y traicionen su presencia debajo del nivel del pensamiento consciente a causa la fuerza de los sentimientos que despiertan”. Virginia Woolf

Las excéntricas

La relación entre Virginia Woolf y la excentricidad era peculiar. “Desde el primer momento se vio que ella era incalculable, excéntrica y propensa a los accidentes”, señala su sobrino, el historiador de arte Quentin Bell. Su aspecto, su ropa y, en suma, ella misma podían generar impresiones encontradas. “Tenía una presencia que la volvía notable de inmediato”, dice Madge Garland, legendaria editora de Vogue, al recordar la primera vez que la vio, en los años veinte. Pero lo que también le llamó la atención fue que esa mujer elegante y distinguida llevara puesto “lo que solo podría describirse como un cesto de basura dado vuelta en la cabeza”. Matías Battistón

 

Si al llegar más o menos a los cuarenta años les parece que otras distinciones se desdibujan en lugar de nimbarlos de gloria, tal vez valga la pena que investiguen, suponiendo que insistan en llevar algún título, qué se puede hacer en aras de la excentricidad. Aunque déjennos advertirles que el fracaso es probable. Virginia Woolf

Los artistas y la política

Con todas estas voces gritando en sus oídos, ¿cómo puede el artista seguir en paz en su estudio, contemplando su modelo o su manzana en la fría luz que atraviesa la ventana? Se ve obligado a participar en política. Dos causas de suprema importancia para él están en juego: la primera es su propia supervivencia; la otra es la supervivencia de su arte. Virginia Woolf

 

El arte y la literatura, en estos ensayos, aparecen como instancias democráticas y necesarias para un nuevo mundo. La idea de que un artista no puede y no debe separarse de su entorno es repetida una y otra vez en los textos, que nos muestran a una Woolf que cree en un mundo distinto al que conoció: una literatura y un arte nuevos. Solo podemos imaginar la reacción que tendría en una época donde la información es lo más fácil de conseguir. Pero sus palabras siguen llamándonos a apoderarnos de la literatura y a hacerla nuestra, en vez de dejarla en las manos de la elite. Como la propia Virginia dice: “la literatura no es terreno privado de nadie”, así que no hay razones para no disfrutarla nosotros mismos. Ana María Álvarez

La habitación de Jacob

La habitación de Jacob es la tercera novela de Virginia Woolf. Su protagonista, Jacob Flanders, aparece principalmente a través de las percepciones que los otros personajes tienen de él. Vemos pasar la infancia de Jacob, su paso por la universidad de Cambridge, su adultez, por la lente de las mujeres con las que compartió distintos momentos de su vida.

 

Un momento antes de saltar, los caballos aminoran la velocidad, se ladean, se alistan, se elevan como una ola monstruosa y finalmente se arrojan hacia el otro lado. Las vallas y el cielo trazan un abrupto semicírculo. Entonces, como si nuestro cuerpo se fundiese con el del caballo y nos hubiesen crecido nuestras propias patas delanteras durante el salto, nos lanzamos a través del aire, nos impulsamos contra la resistencia que ofrece el suelo, somos pura masa muscular, y sin embargo conservamos el dominio de la situación, erguidos, quietos, la mirada midiendo todo con precisión.

Categoría:
Foto del avatar

Virginia Woolf

Virginia Woolf nació en Londres en 1882, con el nombre Adeline Virginia Stephen. Provenía de una familia sumamente culta y ligada a lo académico y las artes, pero que decidió que solo los hermanos varones asistieran a la Universidad. Ella, debido a su género, debió ser autodidacta y, aunque esto la enorgullecía, nunca dejó de señalar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres, y lo permitido socialmente para ambos. En Tres Guineas, por ejemplo, se reía irónicamente de ello al referirse a la “hija del hombre instruido”. También Un cuarto propio establecía la cuestión de género al expresar: “¿Qué necesitan las mujeres para escribir buenas novelas? Independencia económica y personal, o sea, una habitación propia". Woolf escribió artículos para The Guardian y The Times. En 1915 publicó su primera novela: Fin de viaje, una ficción que retrata satíricamente la sociedad del momento. Su escritura fue prolífera, marcando un estilo propio que combinaba ensayos con narrativa, en base a una escritura irónica, política y profunda. Se considera una referente del feminismo y formó parte del modernismo vanguardista literario del siglo XX. La vida de la autora fue compleja, marcada por una enfermedad psiquiátrica que padeció desde los 13 años y que hoy se considera un trastorno bipolar. El 28 de marzo de 1941 se suicidó sumergiéndose en el río Ouse.

Descripción

Conocé a Virginia Woolf

Detalles del libro

  • ISBN:
  • Género: Ficción
  • Traducción de:
  • Cantidad de Páginas:
  • Formato: 15x23
  • Edición: Primera
  • Tipo de edición: Tapa blanda

Índice

f
Free shipping
for orders over 50%